tu palabra dulce y sonora.
Tu acento, atardeceres
enredado de auroras,
de auroras boreales
que dan sentido al eco,
que dan calor al mismo
pronombre corto y seco.
Sólo tu voz es rayo
de eterna madrugada,
de soledades rotas,
de fuego y de ascuas.
Tu palabra en mi oído,
canción más estimable
de eternos ruiseñores.
Sonido a tierra, a madre,
sendero prefijado,
sendero que es de antes,
que es uno y que es eterno.
Rocío Virginia Martínez
Poema publicado en el nº 10
de la Colección " Variaciones"
16 de Febrero de 2007
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