jueves, 9 de agosto de 2007

EL ESPEJO

Miré, en su forma de luna
me vi blanca y redonda.
Me asomé al marco estrellado
y fui destello brillante.
Miré a uno de mil soles y me sentí astro,
reina radiante.
Entré con Alicia de la mano,
corrí, atravesé y
fui pequeña y grande a la vez.
Corrí con el conejo blanco y nunca llegué tarde.
Incumplí años,
pues, no calzo la edad que en él reflejo.
La reina de corazones no cortó mi cabeza,
me dio un corazón blando.
Pero lo mejor de lo mejor es crecer, menguar,
ser tú, reconocerte, quererte
y conseguir hacer de un cristal frío,
un reflejo cálido.


Inma Márquez


Poema publicado en el nº 1

de la Colección "Variaciones"

17 de Mayo de 2004





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