¡mi cielo verde!.
Solitario en colores madreselva,
en la pequeña cuna
de mi blanco vientre
donde guardo puñaditos de ti,
para protegerte de las negras sombras.
¡Ay mi cielo reventado de soles!
para que todo se alumbre,
y nada en tu camino
te distraiga de lo que eres.
Ay mi cielo.
¡Ay mi cielo dorado
sin estrellas!.
Aunque sea tu sombra
la que sobre mí se incline,
y me aplaste hasta la muerte,
te lo doy todo todo,
¡hasta mi hambre!.
Si con ello, mi cielo,
tú eres libre, libre…,
y vives, vives…
¡Vives!
Lola Ruiz Ros
Poema publicado en el nº 9
de la Colección "Variaciones"
26 de Septiembre de 2006
1 comentario:
Gracias mama!
Zenobia
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