cuando rozan el mar,
estallan en pedazos
de brillante cristal.
Y el fondo submarino
que azul oscuro está,
se torna luminoso
en medio del coral.
Cabalgando delfines,
las salen a buscar
sirenas y tritones
guardándolas en ostras
que, amorosas, las van
recubriendo de nácar,
haciendo de ellas joyas
de un color especial.
Las perlas luminosas,
de brillo celestial,
–ya sabes– son estrellas
caídas en la mar.
Enrique Maestre
Poema publicado en el nº 9
de la Colección "Variaciones
26 de Septiembre de 2006
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