martes, 4 de septiembre de 2007

EL ESPINO ALBAR

Un niño, de verdes ojos,
con ramo de espino albar,
dijo una noche a la luna:
contigo me he de casar.
Y la luna, coquetona,
va y le promete esperar
hasta que se haga un hombre,
para llevarla al altar.
Las estrellas y luceros
se ponen a murmurar,
diciendo que ella está loca
porque se quiere casar.
Y se encela la mañana,
– ya se sabe… que la luna
es una hembra gitana,
con moreno de aceituna.
La muchacha los ignora,
va cosiéndose el ajuar;
dispone de mucho tiempo,
ya que el novio es un chaval.
Y las lluvias van cayendo….
Es noche de luna llena
en medio del olivar,
un jinete, en su caballo,
al cielo mirando está.
El noble bruto enjaezado;
sus riendas color coral,
los estribos y el bocado
son de plata “repujá”.
Con un cordobés corinto,
vestido de corto va
un guapo mozo, moreno,
con ramo de espino albar.
La novia se ve nerviosa,
manda corriendo a buscar,
por el mundo, flores blancas
para el ramo y el altar.
Lirios, jacintos y dalias,
nardos, claveles y rosas;
para ajustar su mantilla
una biznaga olorosa.
La gitana está radiante
con su traje de percal
y larguísimos pendientes
de perlas y de coral.
Su larga bata de cola
va cuajada de azahar
y tachonada de estrellas
con caracolas del mar.
Luce peineta brillante,
de blanca nácar “tallá”;
y en la puerta de la iglesia,
esperando está impaciente
a su “niño”… en el umbral.

Enrique Maestre

Poema publicado en el nº 9
de la colección "Variaciones"
26 de Septiembre de 2006

1 comentario:

Carlos Merino dijo...

Sabe mi tio que está publicado en internet?? Seguro que está en la inopia.