lunes, 3 de septiembre de 2007

EL CUERPO

Aquí está cuando despierto,
en ella resucito
a cada luz que trae la mañana.
Aquí estás, carne mía necesaria,
compañera, ejecutora del interno pensamiento.
Fiel te tengo desde el día de la vida,
desde el atisbo de humanos haberes;
no ha lugar para abandono desde entonces,
te sé, te llevo, te encuentro,
si me voy al sueño, cuando vuelvo.
Me duele y te duelo,
carne sola o sentimiento que acuchilla.
Me habré de ir,
te habré de ver quieta,
como una casa en silencio
que en noche cerrada
estuviera sin luz alguna,
señalándome tu tiempo de caducidad
y habré de irme porque seas polvo,
nada como fuiste una vez
antes de que nos conociéramos.
Te miraré entonces con ternura
y te diré adiós
hasta el día en que el mundo se termine.


Pilar Bugella

Poema publicado en el nº 3
de la Colección "Variaciones"
14 de Diciembre de 2004

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