Altivo entre humanos
velas antiguas voces gimientes.
Egoísta te yergues y ocultas
firme en la tierra que no ves.
Sangras los ojos, alzados a lo eterno;
estrechas tus dedos y punzas el aire,
lo acaricias.
Pincel o lanza,
agujereas el cielo y lo estrellas.
Reloj de sol
que tan quieto perturbas a la madre.
La luz de tu sombra, anhelo;
la luz y tu sombra.
Ana García
Poema publicado en el nº 10
de la Colección "Variaciones"
16 de Febrero de 2007
miércoles, 18 de julio de 2007
ROMA
Un puro círculo es la vida.
Su padre le había explicado
que las penas se arrojan al río
y el agua se las lleva
como si el destino del mar fuera
acumular las penas de todos.
Frente a su transcurrir,
entre colores opacos,
sólo podía arrojar la tristeza
pero no era posible pues, ocurrida la vida,
formaba parte de él.
Se quedó recordando los pasteles de merengue
y la sabiduría nítida de mamá Roma.
Alfredo Rubio
Poema publicado en el nº 6
de la Colección "Variaciones"
29 de Septiembre de 2005
Su padre le había explicado
que las penas se arrojan al río
y el agua se las lleva
como si el destino del mar fuera
acumular las penas de todos.
Frente a su transcurrir,
entre colores opacos,
sólo podía arrojar la tristeza
pero no era posible pues, ocurrida la vida,
formaba parte de él.
Se quedó recordando los pasteles de merengue
y la sabiduría nítida de mamá Roma.
Alfredo Rubio
Poema publicado en el nº 6
de la Colección "Variaciones"
29 de Septiembre de 2005
LA ESPERANZA
BURBUJAS DE AGUA
He visto surgir de la nada
miles de burbujas adornando una ola.
He visto surgir de la nada
millones de gotas de agua
queriendo unirse para ser esa ola.
La he visto surgir de la nada
y la he dejado envolverme
sintiendo la presión de su fuerza,
sintiendo el bramido de sus entrañas.
miles de burbujas adornando una ola.
He visto surgir de la nada
millones de gotas de agua
queriendo unirse para ser esa ola.
La he visto surgir de la nada
y la he dejado envolverme
sintiendo la presión de su fuerza,
sintiendo el bramido de sus entrañas.
Extendí mis brazos y me deslicé por ella,
queriendo, con cada brazada,
sufrir y seguir sufriendo.
Sabiendo que, con cada embestida,
yo era suyo y ella mía,
temiéndome que al salir
ya nunca podría olvidarla.
He visto surgir de la nada
miles de burbujas adornando esa ola.
La he visto surgir de la nada
adornada por gotas de agua.
La he visto surgir de la nada
y siento como mi alma naufraga,
rompiéndose en las radas,
por ella embrujada.
queriendo, con cada brazada,
sufrir y seguir sufriendo.
Sabiendo que, con cada embestida,
yo era suyo y ella mía,
temiéndome que al salir
ya nunca podría olvidarla.
He visto surgir de la nada
miles de burbujas adornando esa ola.
La he visto surgir de la nada
adornada por gotas de agua.
La he visto surgir de la nada
y siento como mi alma naufraga,
rompiéndose en las radas,
por ella embrujada.
Juan Ramón Flores
Poema publicado en el nº 5
de la Colección "Variaciones"
24 de Junio de 2005
HOY, TÚ, MI PUERTO
Hoy eres algo nuevo,
algo mucho más grande,
mi fuerza, mi latido,
el aire de mi aire.
Hoy eres un sentido que
se afirma hora a hora
cada vez más patente,
cada vez menos sombra.
Hoy ya no eres torrente
porque eres mi río,
no niebla, no reflejo,
ambición y destino.
Hoy son tus brazos puerto
y tus ojos refugio,
tu voz cálida es fuego
que rompe mis escudos.
Hoy eres absoluto
obstáculo insalvable.
Mi corazón, hoy quiero
que en ti, mi amor,
naufrague.
algo mucho más grande,
mi fuerza, mi latido,
el aire de mi aire.
Hoy eres un sentido que
se afirma hora a hora
cada vez más patente,
cada vez menos sombra.
Hoy ya no eres torrente
porque eres mi río,
no niebla, no reflejo,
ambición y destino.
Hoy son tus brazos puerto
y tus ojos refugio,
tu voz cálida es fuego
que rompe mis escudos.
Hoy eres absoluto
obstáculo insalvable.
Mi corazón, hoy quiero
que en ti, mi amor,
naufrague.
Rocío Virginia Martínez
Poema publicado en el nº 2
de la Colección "Variaciones"
15 de Octubre de 2004
martes, 17 de julio de 2007
LA AUSENCIA
Deposité tus cenizas
y el viento las esparció
entre el aire, el mar y la rocas.
Y allí quedaste…
meciendo para siempre
la espuma de las olas.
El rumor del mar susurra tu bolero
y floreces en el jazmín de la luna de Agosto
y allí te riegan mis recuerdos
y te cultivan mis pensamientos
para que tu luz me guíe
hasta reunirme contigo.
y el viento las esparció
entre el aire, el mar y la rocas.
Y allí quedaste…
meciendo para siempre
la espuma de las olas.
El rumor del mar susurra tu bolero
y floreces en el jazmín de la luna de Agosto
y allí te riegan mis recuerdos
y te cultivan mis pensamientos
para que tu luz me guíe
hasta reunirme contigo.
Paco Negrillo
Poema publicado en el nº 10
de la Colección "Variaciones"
16 de Febrero de 2007
EL AMOR
El suspiro de tu pecho
que tu boca destapó,
y el otro suspiro intenso
que mi corazón lanzó,
al encontrarse en el aire,
hablaron cosas de amor.
La mirada de tus ojos
que en los míos penetró,
como si nada ocurriera
sin tener una razón,
hicieron, que sin pensarlo,
entendiéramos los dos:
que no hay que estar preparado,
que no hay que ser la mejor,
ni ser los más atractivos
ni consumar la pasión,
para que conozca el alma
lo que en verdad es
AMOR.
que tu boca destapó,
y el otro suspiro intenso
que mi corazón lanzó,
al encontrarse en el aire,
hablaron cosas de amor.
La mirada de tus ojos
que en los míos penetró,
como si nada ocurriera
sin tener una razón,
hicieron, que sin pensarlo,
entendiéramos los dos:
que no hay que estar preparado,
que no hay que ser la mejor,
ni ser los más atractivos
ni consumar la pasión,
para que conozca el alma
lo que en verdad es
AMOR.
Maribel Ruiz Donoso
Poema publicado en el nº 3
de la Colección "Variaciones"
14 de Diciembre de 2004
EL EROTISMO
En la alta terraza, sobre la ciudad,
arropados por la calidez de la tarde
nuestros desnudos torsos imantados,
tu cuerpo de arco iris condensado,
tus senos, tersos, en un alarde,
tu altivo rostro, mi felicidad.
Blandura en tus curvas,
mi cuerpo en tensión,
los dos hemisferios unidos,
sudores, suspiros, chasquidos,
mi amada, mi cielo, mi pasión…
mujer que mi existencia turbas.
Cayó la noche, llegó la luna:
en la alta terraza, sobre la ciudad,
un florecido oasis entre las dunas.
arropados por la calidez de la tarde
nuestros desnudos torsos imantados,
tu cuerpo de arco iris condensado,
tus senos, tersos, en un alarde,
tu altivo rostro, mi felicidad.
Blandura en tus curvas,
mi cuerpo en tensión,
los dos hemisferios unidos,
sudores, suspiros, chasquidos,
mi amada, mi cielo, mi pasión…
mujer que mi existencia turbas.
Cayó la noche, llegó la luna:
en la alta terraza, sobre la ciudad,
un florecido oasis entre las dunas.
Joaquín Delgado
Poema publicado en el nº 4
de la Colección "Variaciones"
30 de Marzo de 2005
LA LUZ
No tiene dueño.
Todo era oscuridad,
ella marcaba el tiempo:
oscuro objetivo.
El arco iris, enamorado
de los colores de la tierra,
se transformó en destellos,
regalándonos risas y luminosidad.
En un pacto suave
se repartieron en dos mundos.
Emergió el día,
en evocación la noche.
Todo era oscuridad,
ella marcaba el tiempo:
oscuro objetivo.
El arco iris, enamorado
de los colores de la tierra,
se transformó en destellos,
regalándonos risas y luminosidad.
En un pacto suave
se repartieron en dos mundos.
Emergió el día,
en evocación la noche.
Ana María Palomo
Poema publicado en el nº 11
de la Colección "Variaciones"
18 de Junio de 2007
AMAPOLA
Coágulo de sangre
liberado por la tierra,
párpado del aire
que descantilla al espectro solar
con su delicada anatomía,
solemne isla del paisaje
por donde mi viajera mirada
converge junto al polen
de fecundas caricias.
liberado por la tierra,
párpado del aire
que descantilla al espectro solar
con su delicada anatomía,
solemne isla del paisaje
por donde mi viajera mirada
converge junto al polen
de fecundas caricias.
José Luis Pegüi
Poema publicado en el nº 9
de la Colección "Variaciones"
26 de Septiembre de 2006
LAS LÁGRIMAS
( ; : … ¡ ¡ ¿ ¿ )
Llora el cielo, no está triste,
sólo llora
lanzando saetas rotas,
punto y coma.
Llora el suelo
y desparrama sudores,
tierra, barro, lágrimas,
dos puntos.
Yo no lloro, suspiro, respiro y trago
lágrimas secas, dolor sin regadío,
puntos suspensivos.
¿Lloras tú?, hoy es el día,
ven, juguemos con las lágrimas
que son puntos y comas y
hagamos exclamaciones, preguntas,
y lloremos…
¡Qué desahogo, qué consuelo!
Punto y coma, llora el cielo.
Inma Márquez
Poema publicado en el nº 6
de la Colección "Variaciones"
29 de Septiembre de 2005
Llora el cielo, no está triste,
sólo llora
lanzando saetas rotas,
punto y coma.
Llora el suelo
y desparrama sudores,
tierra, barro, lágrimas,
dos puntos.
Yo no lloro, suspiro, respiro y trago
lágrimas secas, dolor sin regadío,
puntos suspensivos.
¿Lloras tú?, hoy es el día,
ven, juguemos con las lágrimas
que son puntos y comas y
hagamos exclamaciones, preguntas,
y lloremos…
¡Qué desahogo, qué consuelo!
Punto y coma, llora el cielo.
Inma Márquez
Poema publicado en el nº 6
de la Colección "Variaciones"
29 de Septiembre de 2005
EL SILENCIO
Cercenando a la palabra está el silencio,
ahogando la expresión,
matando al alma
sin dejar que lance su quejido.
Languidece pálido, desorientado,
mustio y tísico el silencio
cercenando cada palabra.
Mata a la belleza, quema el papel,
proyecta tenue sombra
sobre el suelo,
cercenando cada palabra
continúa el silencio.
Marchita las flores,
apaga el rugir del mar,
eclipsa el sol de forma solapada
y cercenando la palabra
continúa duro e implacable
el aterrador silencio.
ahogando la expresión,
matando al alma
sin dejar que lance su quejido.
Languidece pálido, desorientado,
mustio y tísico el silencio
cercenando cada palabra.
Mata a la belleza, quema el papel,
proyecta tenue sombra
sobre el suelo,
cercenando cada palabra
continúa el silencio.
Marchita las flores,
apaga el rugir del mar,
eclipsa el sol de forma solapada
y cercenando la palabra
continúa duro e implacable
el aterrador silencio.
Juan José Archilla
Poema publicado en el nº 1
de la Colección "Variaciones"
17 de Mayo de 2004
A TU SOMBRA
Ay mi cielo,
¡mi cielo verde!.
Solitario en colores madreselva,
en la pequeña cuna
de mi blanco vientre
donde guardo puñaditos de ti,
para protegerte de las negras sombras.
¡Ay mi cielo reventado de soles!
para que todo se alumbre,
y nada en tu camino
te distraiga de lo que eres.
Ay mi cielo.
¡Ay mi cielo dorado
sin estrellas!.
Aunque sea tu sombra
la que sobre mí se incline,
y me aplaste hasta la muerte,
te lo doy todo todo,
¡hasta mi hambre!.
Si con ello, mi cielo,
tú eres libre, libre…,
y vives, vives…
¡Vives!
¡mi cielo verde!.
Solitario en colores madreselva,
en la pequeña cuna
de mi blanco vientre
donde guardo puñaditos de ti,
para protegerte de las negras sombras.
¡Ay mi cielo reventado de soles!
para que todo se alumbre,
y nada en tu camino
te distraiga de lo que eres.
Ay mi cielo.
¡Ay mi cielo dorado
sin estrellas!.
Aunque sea tu sombra
la que sobre mí se incline,
y me aplaste hasta la muerte,
te lo doy todo todo,
¡hasta mi hambre!.
Si con ello, mi cielo,
tú eres libre, libre…,
y vives, vives…
¡Vives!
Lola Ruiz Ros
Poema publicado en el nº 9
de la Colección "Variaciones"
26 de Septiembre de 2006
lunes, 16 de julio de 2007
LA SOLEDAD
Sientes el sabor acre de la soledad,
mientras la sangre palpita lenta
como un río en otoño oscuro…
y piensas en ese momento y lugar,
entre colores de tierra y bosque,
alborozados, sin rastro de vileza,
puros como la primera de mil veces,
y otras mil por sentir, por llegar,
frente al asfalto y cemento,
muro de obscena esterilidad,
y decides aferrarte a la visión,
fragmento de una mitología
perdida, que basta reclamar
como mía, como nuestra.
Sueño perfecto de vida viva,
y belleza sin mancha, ideal.
Salvador Vida
poema publicado en el nº 8
de la Colección "Variaciones"
15 de Mayo de 2006
mientras la sangre palpita lenta
como un río en otoño oscuro…
y piensas en ese momento y lugar,
entre colores de tierra y bosque,
alborozados, sin rastro de vileza,
puros como la primera de mil veces,
y otras mil por sentir, por llegar,
frente al asfalto y cemento,
muro de obscena esterilidad,
y decides aferrarte a la visión,
fragmento de una mitología
perdida, que basta reclamar
como mía, como nuestra.
Sueño perfecto de vida viva,
y belleza sin mancha, ideal.
Salvador Vida
poema publicado en el nº 8
de la Colección "Variaciones"
15 de Mayo de 2006
EL VACÍO
Cima, hondura,
vacío que se extiende interminable
sin ondas para el son ni la palabra,
sin lugar donde discurra el agua,
repose el polvo o diga el aire
que holló su lar sin tiempo
ni movimiento alguno,
ni haz que en el fuego respire,
ni luz que se atreva a atravesarlo:
ni siquiera lo oscuro sabe su existencia
ni la risa ni el dolor
ni la carne averigua su misterio.
La nada es,
pero no existe
porque no tiene memoria
ni que escribir en ella.
Es la gran ausencia,
soledad, olvido de ella misma.
Pilar Bugella
poema publicado en el nº 1
de la Colección "Variaciones"
17 de Mayo de 2004
vacío que se extiende interminable
sin ondas para el son ni la palabra,
sin lugar donde discurra el agua,
repose el polvo o diga el aire
que holló su lar sin tiempo
ni movimiento alguno,
ni haz que en el fuego respire,
ni luz que se atreva a atravesarlo:
ni siquiera lo oscuro sabe su existencia
ni la risa ni el dolor
ni la carne averigua su misterio.
La nada es,
pero no existe
porque no tiene memoria
ni que escribir en ella.
Es la gran ausencia,
soledad, olvido de ella misma.
Pilar Bugella
poema publicado en el nº 1
de la Colección "Variaciones"
17 de Mayo de 2004
LAS ESTRELLAS FUGACES
Las estrellas fugaces
cuando rozan el mar,
estallan en pedazos
de brillante cristal.
Y el fondo submarino
que azul oscuro está,
se torna luminoso
en medio del coral.
Cabalgando delfines,
las salen a buscar
sirenas y tritones
guardándolas en ostras
que, amorosas, las van
recubriendo de nácar,
haciendo de ellas joyas
de un color especial.
Las perlas luminosas,
de brillo celestial,
–ya sabes– son estrellas
caídas en la mar.
cuando rozan el mar,
estallan en pedazos
de brillante cristal.
Y el fondo submarino
que azul oscuro está,
se torna luminoso
en medio del coral.
Cabalgando delfines,
las salen a buscar
sirenas y tritones
guardándolas en ostras
que, amorosas, las van
recubriendo de nácar,
haciendo de ellas joyas
de un color especial.
Las perlas luminosas,
de brillo celestial,
–ya sabes– son estrellas
caídas en la mar.
Enrique Maestre
Poema publicado en el nº 9
de la Colección "Variaciones
26 de Septiembre de 2006
LA MUERTE
El dolor de morir… es el olvido.
La pena es no saber si, cuando muera,
dejaré en el camino alguna huella
o seré solamente un espejismo.
Por angostos senderos voy pasando,
parándome en la sed de la nostalgia.
…Seré un punto infinito en la distancia,
o un recuerdo perdido en el pasado.
Aguardo tu llegada sin recelo.
Desligada del cuerpo, el alma busca
la impalpable presencia de algo nuevo.
Ven a cubrirme con tu negro velo,
para poder, así, ser una estrella
que vague libremente por el cielo.
La pena es no saber si, cuando muera,
dejaré en el camino alguna huella
o seré solamente un espejismo.
Por angostos senderos voy pasando,
parándome en la sed de la nostalgia.
…Seré un punto infinito en la distancia,
o un recuerdo perdido en el pasado.
Aguardo tu llegada sin recelo.
Desligada del cuerpo, el alma busca
la impalpable presencia de algo nuevo.
Ven a cubrirme con tu negro velo,
para poder, así, ser una estrella
que vague libremente por el cielo.
Carmen Aguirre
Poema publicado en el nº 4
de la Colección "Variaciones"
30 de Marzo de 2005
EL AGUA
Brazos de la tierra
que recogéis la mar
en un gesto.
Suspiros de piedra con agua,
espuma suave,
gota salada,
barcos mecidos.
Los puñales que te clavan
rielan en tu espejo,
océano que sueñas
al abrigo de dos luceros.
Cuando duela el horizonte
y me moje de ti,
buscaré a nado tu boca
y de un solo trago
besaré tu regazo.
Gonzalo Ruiz Benítez
Poema publicado en el nº 5
de la Colección "Variaciones"
24 de Junio de 2005
que recogéis la mar
en un gesto.
Suspiros de piedra con agua,
espuma suave,
gota salada,
barcos mecidos.
Los puñales que te clavan
rielan en tu espejo,
océano que sueñas
al abrigo de dos luceros.
Cuando duela el horizonte
y me moje de ti,
buscaré a nado tu boca
y de un solo trago
besaré tu regazo.
Gonzalo Ruiz Benítez
Poema publicado en el nº 5
de la Colección "Variaciones"
24 de Junio de 2005
LAS ESTRELLAS
La noche se extiende oscura
y un gran río negro
sigue su corriente
sobre mi cabeza.
Miles de pupilas brillantes
guardan La Tierra desde el cielo.
Me confortan sus destellos dorados
y me sorprendo ante la belleza
de una fugaz bailarina
danzando con su falda de tul blanco.
Quisiera capturarlas con mi anzuelo
y subir los peldaños de una gran escalera
para conversar con ellas
de mujer a mujer.
¡Les pedí tantos deseos!
¿Por qué ni un instante concedido?
De secretos está lleno el cielo.
De errantes promesas y esperanzas
aferradas a su fría luz.
La noche se extiende oscura
y un tul de alfileres
sobre mi cabeza.
Mari Ángeles Castillo
poema publicado en el nº 9
de la colección "Variaciones"
26 de septiembre de 2006
y un gran río negro
sigue su corriente
sobre mi cabeza.
Miles de pupilas brillantes
guardan La Tierra desde el cielo.
Me confortan sus destellos dorados
y me sorprendo ante la belleza
de una fugaz bailarina
danzando con su falda de tul blanco.
Quisiera capturarlas con mi anzuelo
y subir los peldaños de una gran escalera
para conversar con ellas
de mujer a mujer.
¡Les pedí tantos deseos!
¿Por qué ni un instante concedido?
De secretos está lleno el cielo.
De errantes promesas y esperanzas
aferradas a su fría luz.
La noche se extiende oscura
y un tul de alfileres
sobre mi cabeza.
Mari Ángeles Castillo
poema publicado en el nº 9
de la colección "Variaciones"
26 de septiembre de 2006
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